Plan de acción mundial de la OMS para enfrentar la demencia
El plan busca mejorar las vidas de las personas con demencia, de sus familias y las personas que las cuidan.
La Organización Mundial de la Salud impulsará el nuevo plan de acción mundial sobre la respuesta de salud pública a la demencia (2017-2025), aprobada por los delegados en la última asamblea de la OMS realizada en Ginebra el mes pasado.
El plan global busca mejorar las vidas de las personas con demencia, de sus familias y las personas que las cuidan, así como disminuir el impacto de la demencia en las comunidades y los países.
Las áreas de acción incluyen: reducir el riesgo de demencia; diagnóstico, tratamiento y atención de quienes la padecen; investigación y tecnologías innovadoras; y el desarrollo de ambientes donde se brinde apoyo a quienes cuidan de los pacientes con demencia.
Un observatorio mundial
La OMS entregará apoyo técnico, herramientas y orientación a los Estados Miembros a medida que elaboren planes nacionales y subnacionales. También elaborará un programa mundial de investigación sobre la demencia.
Cabe señalar que la OMS instauró el Observatorio Mundial de Demencia, un sistema para monitorear el progreso tanto dentro de los países como a nivel mundial.
El plan va a integrar enfoques sanitarios y de atención social, de alinear las medidas para combatir la demencia con medidas adoptadas para otros aspectos de la salud mental, las enfermedades no transmisibles y el envejecimiento.
También se deberá garantizar el respeto de los derechos humanos de las personas con demencia, tanto en el desarrollo de planes como en su implementación.
Sobre la demencia
En todo el mundo, alrededor de 47 millones de personas padecen demencia, con casi 9,9 millones de nuevos casos cada año. Casi el 60% de las personas con demencia viven en países de bajos y medianos ingresos.
La demencia es un síndrome –generalmente de naturaleza crónica o progresiva– caracterizado por el deterioro de la función cognitiva (es decir, la capacidad para procesar el pensamiento) más allá de lo que podría considerarse una consecuencia del envejecimiento normal.
La demencia afecta a la memoria, el pensamiento, la orientación, la comprensión, el cálculo, la capacidad de aprendizaje, el lenguaje y el juicio. La conciencia no se ve afectada.
El deterioro de la función cognitiva suele ir acompañado, y en ocasiones es precedido, por el deterioro del control emocional, el comportamiento social o la motivación.
Swisslatin / WHO News (28. 06.2017)