Menos forestales y más énfasis en la agrosilvicultura para escapar a la pobreza dice la FAO
El organismo de la ONU aboga por un enfoque integrado que combine los árboles con los cultivos o la ganadería.
La mono forestación industrial en el mundo tiene cada vez menos adepto en los organismos internacionales, sector al que se le señala responsable de la pobreza social del campo.
Según el organismo de la ONU para la alimentación y la agricultura (FAO), millones de personas podrían escapar de la pobreza, el hambre y la degradación del medio ambiente si los países realizan más esfuerzos en la promoción de la agrosilvicultura.
Un enfoque integrado
Para ello aboga por un enfoque integrado que combine los árboles con los cultivos o la ganadería.
El sector agroforestal es una fuente importante de productos a nivel local como leña, madera, frutas y forraje para el ganado, y a nivel global como coco, café, té, caucho y resina. Casi la mitad de la superficie agrícola del mundo contiene al menos un 10 por ciento de la cubierta forestal, por lo que la agrosilvicultura es vital para los medios de subsistencia de millones de personas.
El sector agroforestal se puede integrar en las estrategias y políticas nacionales y cómo pueden ajustarse sus políticas a condiciones específicas. La guía sobre políticas publicada recientemente por la FAO aporta ejemplos de las mejores prácticas y casos de éxito, así como las lecciones aprendidas de los desafíos y fracasos.
El potencial de la agrosilvicultura
«En muchos países, el potencial de la agrosilvicultura para enriquecer a los campesinos, las comunidades y la industria no ha sido plenamente explotado», aseguró Eduardo Mansur, Director de la División de Evaluación, Ordenación y Conservación Forestales de la FAO.
La guía aboga por más sensibilización sobre los sistemas agroforestales para los agricultores y la comunidad mundial, la reforma de las regulaciones desfavorables en el sector forestal, agrícola y rural y aclarando las políticas sobre el uso del suelo.
Apoyo a los campesinos
Los investigadores consideran que algunas formas consuetudinarias de tenencia de la tierra, sin que ello implique necesariamente la concesión formal de títulos de propiedad de la tierra, aportan seguridad para plantar árboles, al tiempo que reducen los trámites y los costes administrativos.
Créditos y subvenciones
Los campesinos que plantan árboles en las explotaciones deben ser recompensados por los servicios ecosistémicos que prestan a la sociedad a través de incentivos financieros o de otro tipo en forma de subvenciones, exenciones fiscales, programas de reparto de costes, microcréditos o entregas en especie, especialmente los servicios de extensión y el desarrollo de infraestructura, de acuerdo con la guía de la FAO.
El crédito a largo plazo es también fundamental, ya que los agricultores que plantan árboles obtienen beneficios pasados algunos años. El valor del secuestro de carbono y de otros servicios ambientales que aportan los árboles podría incluso destinarse al pago de los intereses.
Swisslatin (07.02.2013)