Los productos lácteos clave mejorar la nutrición de los pobres del mundo
La FAO fomenta la inversión en la producción lechera como arma para reducir la pobreza.
La Organización de Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO) sostiene que la leche y los productos lácteos pueden mejorar la salud y los ingresos económicos de cientos de millones de persones pobres en todo el mundo.
La publicación “La leche y los productos lácteos en la nutrición humana” insta a los gobiernos para que inviertan más en programas que incentiven su consumo y su producción a nivel familiar. La leche y los productos lácteos deben estar disponibles para las familias pobres y se les debe ayudar a producirlos en casa.
«Como parte de una dieta equilibrada, la leche y los productos lácteos pueden ser una fuente importante de energía alimentaria, proteínas y grasas «, señaló la experta en nutrición de la FAO Ellen Muehlhoff, coautora de la publicación.
Esenciales para luchar contra la desnutrición
«También son ricos –añadió- en micronutrientes esenciales para luchar contra la desnutrición en los países en desarrollo, donde las dietas de las personas pobres a menudo se basan en almidón o cereales y carecen por ello de variedad».
Muehlhoff subrayó que para contar con una dieta saludable es necesario una combinación de alimentos, y la leche y los productos lácteos no son las únicas fuentes de nutrientes esenciales.
Pero mientras que la leche animal no se recomienda para niños con menos de 12 meses, son un vehículo eficaz para obtener nutrientes vitales y mejorar el crecimiento de los niños pequeños, cuya nutrición es fundamental en los primeros mil días de vida, según la experta de la FAO.
Precios prohibitivos
Sin embargo, a pesar de los beneficios que pueden ofrecer, la leche y los productos lácteos son todavía demasiado caros para las familias más pobres, advierte el libro.
Se espera que el consumo de lácteos en los países en desarrollo aumente en un 25 por ciento en 2025 como consecuencia del crecimiento demográfico y de los ingresos, pero la leche y los productos lácteos estarán todavía probablemente fuera del alcance de los hogares más vulnerables.
Producción a pequeña escala
«La producción lechera en pequeña escala es especialmente beneficiosa para los hogares pobres, ya que proporciona alimentos y nutrientes, y también un ingreso regular», subrayó el oficial de Industria ganadera de la FAO Anthony Bennett, coautor de la nueva publicación.
«Mientras que la agricultura –señaló- significa que te paguen una o tal vez dos veces al año, los productos lácteos se producen y venden todos los días, de modo que los pequeños campesinos tienen dinero en mano para las necesidades inmediatas de su familia, como alimentos, artículos para el hogar, ropa y educación, y eso te cambia la vida».
Actualmente unos 150 millones de familias –cerca de 750 millones de personas- se dedican a la producción de leche en todo el mundo, la mayoría de ellas en países en desarrollo.
Leche de vaca y leches de otras especies
Aunque el término «leche» se ha convertido casi en sinónimo de la leche de vaca, en diferentes partes del mundo se consume leche de otras especies. El libro abarca la composición de la leche de otras especies lecheras importantes como búfalo, cabra y ovejas, y especies infrautilizadas hoy en la producción de lácteos, como el reno, alce, llama, alpaca, burro, yak, camello y mithun.
«Existe un amplio margen para el desarrollo de otras especies lecheras, en particular cabras, que son más fáciles de mantener que el ganado vacuno y aumentan significativamente el acceso a la producción láctea de las familias rurales pobres», dijo Bennett.
Leche de yegua y burro
En Sudamérica, por ejemplo, llamas y alpacas no han sido criadas históricamente por su leche, pero pueden suponer un recurso alimentario y económico valioso para las personas que viven en las zonas montañosas de la región, sugiere el libro.
La leche de algunas de las otras especies lecheras infrautilizadas tiene también particulares beneficios nutricionales. Por ejemplo, los perfiles de proteínas de la leche de yegua y burro pueden hacerlos más adecuados para entre el 2 al 6 por ciento de la población alérgica a la leche de vaca.
La leche de renos y alces leches tiene una consistencia cremosa y es muy rica en grasas y proteínas. También contiene menos de la mitad de la lactosa presente en la leche de vaca y puede proporcionar una fuente alternativa de productos lácteos para las personas intolerantes a la lactosa, afirma la publicación.
Ver el libro: La leche y los productos lácteos en la nutrición humana
Swisslatin (29.11.2013)