Las nuevas tecnologías no pueden servir para rastrear y atacar a quienes protestan pacíficamente dice Michelle Bachelet

Un dron vuela sobre el Monte Tamalpais en Estados Unidos. (foto ONU/ Unsplash/Ian Usher)
Michelle Bachelet pidió a los Estados que dejen de utilizar tecnologías como el reconocimiento facial, así como los bloqueos de internet y otras estrategias para sabotear a quienes ejercen su derecho a la reunión pacífica.
También llamó la atención sobre el uso de armas no letales contra los manifestantes que han causado “terribles daños” en todo el mundo. La tecnología no puede usarse para violar los derechos humanos.
Internet y las nuevas herramientas digitales están siendo manipuladas como nunca para infringir el derecho de las personas a la libertad de reunión, aseguró la Alta Comisionada de la ONU para los Derechos Humanos este jueves, en un llamado a una moratoria sobre el uso de la tecnología de reconocimiento facial durante manifestaciones pacíficas.
En medio de las protestas mundiales contra el racismo sistémico, la corrupción y los problemas económicos exacerbados por la crisis COVID-19, Michelle Bachelet también expresó su preocupación por el uso de armas no letales contra los manifestantes.
Los dispositivos emergentes incluyen lanzadores de bolas de pimienta, armas acústicas, drones y otros «sistemas autónomos» que liberan gases lacrimógenos, explicó Bachelet en un informe ordenado por el Consejo de Derechos Humanos de la ONU.
“Estas armas, supuestamente menos letales, han causado daños terribles cuando se han empleado contra manifestantes pacíficos en el mundo entero. Aunque puedan ser necesarias en determinados contextos para mantener el orden, su uso debe ser vigilado cuidadosamente y debe estar sujeto a una aplicación rigurosa de los criterios de necesidad y proporcionalidad”, dijo Bachelet.
La Alta Comisionada instó a los Estados y las empresas a garantizar que estas y otras tecnologías de rápido desarrollo se utilicen de manera que no interrumpan y eviten la participación de las personas en los asuntos públicos.
“Las nuevas tecnologías pueden usarse para movilizar y organizar protestas pacíficas, para formar redes y coaliciones, y para informar mejor a la gente acerca de las manifestaciones y los motivos de su celebración, con lo que contribuyen a impulsar el cambio social”, afirmó la Alta Comisionada. “Pero, como ya hemos visto, también pueden usarse -como es el caso ahora mismo- para limitar y vulnerar los derechos de los manifestantes, vigilarlos, localizar su ubicación e invadir su privacidad”.