La publicidad comercial dirigida a los niños infunde una cultura de consumo excesivo y endeudamiento
Con ocasión del Día Internacional de la Juventud, expertos de la ONU piden regular la publicidad infantil.
Con ocasión del Día Internacional de la Juventud, dos expertos en derechos humanos de las Naciones Unidas advirtieron sobre el impacto de la publicidad comercial dirigida a los niños pequeños que desde temprana edad infunde una cultura de consumo excesivo y endeudamiento.
El Experto Independiente de la ONU sobre la deuda externa y derechos humanos, Juan Pablo Bohoslavsky, y el Relator Especial de la ONU sobre el derecho a la salud, Dainius Püras, instaron este viernes a los gobiernos de todo el mundo a que regulen la publicidad dirigida a los niños.
Consumismo infantil
«Este tipo de mensajes comerciales tienen el potencial para moldear a largo plazo el comportamiento de consumo y financiero de los niños, y están creciendo en número y alcance.»
Los anuncios dirigidos a los niños pueden causar un comportamiento de consumo no saludable y arraigarse a una temprana edad, condicionando a los niños a responder más adelante en sus vidas a los estímulos comerciales mediante la compra de productos innecesarios sin considerar las consecuencias financieras de largo plazo.
Muchos de los anuncios dirigidos a los niños fomentan el consumo de alimentos no saludables con alto contenido de azúcar y poco valor nutricional. Las dietas infantiles no saludables tienen consecuencias graves para la salud que podrían persistir en la adultez. Regular la publicidad de productos alimenticios dirigida a los niños podría por tanto mejorar considerablemente la salud y reducir la carga de los gastos sanitarios.
Presión sobre los padres
Además, después de haber sido expuestos a un elevado número de anuncios destinados a los niños, estos pueden presionar a sus padres para que compren artículos que no se encuentran presupuestados ni son pedagógicamente necesarios, a menudo a expensas de otras importantes necesidades domésticas.
A pesar del aumento de la desigualdad, el consumo excesivo continúa creciendo. En muchos países, la deuda privada de las familias se ha convertido en un grave problema, haciendo imposible que necesidades básicas de ciertos individuos puedan ser solventadas.
Los bienes no hacen la felicidad
También tiene implicaciones más amplias, siendo que la deuda doméstica excesiva puede fácilmente derivar en una crisis de la deuda pública que afecte a la población en su conjunto.
Es importante reflexionar sobre las dimensiones psicológicas de la deuda y el consumo excesivo relacionados con el deseo de mantener el mismo nivel de vida del que disfrutan otras personas. Tal como UNICEF señaló recientemente en un estudio, los niños no son más felices por la sola adquisición de más y más bienes.
Algunos ejemplos de regulación
Muchos países han prohibido la publicidad televisiva a ciertas horas o en relación con los programas infantiles. Brasil, Canadá, Dinamarca y Noruega han restringido, por ejemplo, ciertas formas de la publicidad destinada a los niños. Además, la Organización Mundial de la Salud ha recomendado que los entornos en los que se reúnen los niños estén libres de toda forma de comercialización de alimentos no saludables.
“Exhortamos a los Estados a prohibir la publicidad, promoción y patrocinio de los fabricantes de alcohol, tabaco y alimentos no saludables en las escuelas y en el contexto de los eventos deportivos infantiles y otros eventos a los que los niños podrían concurrir. Además, los Estados deberían crear directrices que restrinjan o minimicen el impacto de la comercialización de alimentos no saludables, alcohol y tabaco en general”.
“En un sentido más amplio, instamos a los Estados a regular los anuncios comerciales dirigidos a los niños, de conformidad con el deber de los Estados de proteger a los niños frente a materiales perjudiciales para su bienestar”, subrayaron los expertos.
Swisslatin / UN News (12.08.2016)