La producción de carbón de Latinoamérica y el impacto en la atmósfera y el calentamiento global
Es la segunda región del mundo con mayor producción y uso de carbón vegetal por persona, después de África.
Un nuevo informe de la Organización de Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO) señala que la producción de carbón en la región de América Latina tiene un enorme impacto en la atmósfera y el calentamiento global.
La región produce cerca de 9 millones de toneladas de carbón, la segunda productora del mundo y uso de carbón vegetal por persona, después de África, que genera 32 millones de toneladas.
La transición del carbón
El documento de la FAO “La transición del carbón”, también señala que Brasil genera la mayor cantidad de carbón vegetal a nivel regional y mundial, con un poco más de 6 millones de toneladas, lo que representa el 12% del total global.
En Brasil, este carbón que deriva de la madera se usa principalmente para el sector industrial, siendo la metalúrgica la que más lo consume, en un 80%.
Mientras que en otros países de la región su uso está concentrado en el sector de los alimentos y en otras necesidades en los hogares.
Gases de efecto invernadero
Según el estudio de la FAO, esta producción está muy vinculada a la emisión de gases de efecto invernadero y agrega que el 7% de las necesidades energéticas de la región se cubre con la que proviene de la madera.
En términos de emisiones, América Latina y el Caribe es responsable de arrojar a la atmósfera 371 millones de toneladas métricas de dióxido de carbono por el consumo de madera y el uso de carbón, lo que contribuye al calentamiento global.
Transición hacia energías limpias
El organismo de la ONU pidió a los países de la región tomar medidas para hacer más ecológico este sector y hacer una transición hacia energías limpias a través de la creación de un entorno favorable a la inversión de energías de ese tipo.
El informe señala que el cambio de hornos industriales tradicionales a más modernos reduce en un 80% las emisiones, a su vez, abandonar las formas rudimentarias de cocinar con leña y carbón, reduce esa contaminación en un 60%.
Swisslatin / FAO News (27.03.2017)