La pandemia de COVID-19 retrasa el avance hacia el acceso universal a la energía

La ONU apoya a la comunidad internacional en sus esfuerzos por proporcionar energía asequible y limpia para todos en 2030. (foto Unsplash/ Matthew Henry)
Unos 733 millones de personas todavía no tienen acceso a la electricidad y 2400 millones siguen cocinando con combustibles dañinos para la salud y el medio ambiente, revela un informe multiagencial y advierte que la guerra en Ucrania podría provocar aún más retrocesos.
La pandemia de COVID-19 ha desacelerado el avance hacia el acceso universal a la energía, reporta la edición de este año del informe sobre los progresos para alcanzar el séptimo de los Objetivos de Desarrollo Sostenible.
La publicación a cargo del Banco Mundial, la Organización Mundial de la Salud (OMS) y la División de Estadísticas de la ONU entre otros organismos, indica que actualmente hay todavía unos 733 millones de personas sin acceso a la electricidad y 2400 millones más que cocinan con combustibles perjudiciales para su salud y el medio ambiente.
El estudio advierte que de seguir a este ritmo, para 2030 unos 670 millones de personas seguirán sin electricidad, diez millones más de la cifra que estaba proyectada para el año pasado.
Señala que la emergencia sanitaria no sólo ha generado retrasos, sobre todo en los países más vulnerables o de por sí rezagados, sino que, incluso ha dado lugar a retrocesos. En Asia y África, por ejemplo, 90 millones de personas que habían accedido a la electricidad, ya no pueden permitirse pagar sus necesidades energéticas básicas a causa de la crisis.
Esos impactos en la energía se han agravado en los últimos meses con la guerra en Ucrania, que ha generado incertidumbre en los mercados mundiales de petróleo y gas y ha disparado los precios de la energía.
Acceso a tecnologías limpias
En cuanto a la población con acceso a tecnologías y combustibles limpios para cocinar, la proporción subió al 69 % en 2020, tres puntos porcentuales con respecto al año anterior. Sin embargo, el crecimiento demográfico superó gran parte de los avances en el acceso, particularmente en África subsahariana.
Como resultado, el número total de personas que carecen de acceso a una cocina limpia se ha mantenido relativamente estancado durante décadas. Entre 2000 y 2010, la cifra estuvo cerca de los 3000 millones de personas, o un tercio de la población mundial y se redujo a alrededor de 2400 millones en 2020.
Sobre el acceso universal a una energía asequible, fiable, sostenible y moderna, el informe recuerda que implica un despliegue acelerado de fuentes de energía renovable para la electricidad, el calor y el transporte.
Pese a que el consumo de esa energía creció durante la pandemia, el aumento de los precios de los productos básicos, la energía y el envío, así como las medidas comerciales restrictivas, incrementaron el costo de producción y transporte de módulos solares fotovoltaicos, turbinas eólicas y biocombustibles, lo que suscitó incertidumbre para futuros proyectos de energía renovable.
Más fondos públicos y privados
Para extender el uso de esta energía hace falta implementar herramientas efectivas y movilizar más el capital privado, particularmente en los países menos adelantados, los países en desarrollo sin litoral y los pequeños países insulares en desarrollo.
Las agencias señalan que sector privado financia la mayoría de las inversiones en energía renovable, pero aseveran que para atraer esos recursos es clave el financiamiento público patente en la creación de un entorno propicio para las inversiones y el desarrollo de la infraestructura necesaria.
Swisslatin / ONU Noticias (03.06.2022)