La jubilación a los 65 años, un objetivo inalcanzable para millones de latinoamericanos
Ante las bajas pensiones y el aumento de la expectativa de vida, el Banco Mundial plante el desafío de trabajar más años.
En América Latina, donde a pesar de los significativos avances en los sistemas de pensiones durante la última década, la mayoría de adultos mayores deben seguir trabajando pasada la edad media de retiro, según datos del Banco Mundial.
La realidad latinoamericana muestra que las pensiones son tan bajas que muy pocos afortunados pueden permitirse no trabajar después de los 65 años. Esta es la pensión que reciben los jubilados en algunos países:
1. Argentina: mínima de 3.821 pesos argentinos (442 USD).
2. México: mínima de aproximadamente 1.600 pesos mexicanos (110 USD).
3. Brasil: mínima de 772 reales (300 USD).
4. Colombia: mínima de 644.350 pesos colombianos (270 USD).
5. Perú: mínima de 415 nuevos soles (136 USD).
Pero el Banco Mundial sostiene que a pesar de las bajas retribuciones, América Latina ha logrado ofrecer cobertura a más de la mitad de sus adultos mayores –unos 30 millones de personas. Y lo ha logrado a través de tres estrategias diferentes.
Estrategias panaceas
La principal, la de otorgar beneficios a todos los adultos mayores, como es el caso de Bolivia y Trinidad y Tobago, donde más impacto ha tenido esta medida gubernamental, no obstante su bajo monto.
Otra estrategia es la beneficiar a los adultos excluidos del sistema de pensiones, como ocurre en Argentina, Brasil, Chile, Panamá y Uruguay; y la tercera iniciativa es focalizándose en los más vulnerables práctica observada en Colombia, Costa Rica, Ecuador, El Salvador, México, Paraguay y Perú.
Pero en general, todo depende de cuánto las personas ahorraron. “Si antes vivías hasta los 70 y te jubilabas a los 58, tenías 12 años de jubilación. Hoy en día la esperanza de vida es más alta, y si vives hasta los 80 necesitas trabajar más¨, explica Michele Gragnolati, experto en desarrollo humano del Banco Mundial.
Trabajar más años
El experto del Banco Mundial estima que la extensión de la vida laboral no es necesariamente negativa; si llegan a la vejez con buena salud física y mental, van a seguir siendo productivos y, en algunos casos, el trabajo puede resultar una fuente de gratificación en esta nueva etapa caracterizada por la abundancia de tiempo de ocio.
Paralelamente, el trabajo de los adultos mayores tiene también un impacto directo en los sistemas de pensiones. En promedio, casi la mitad de los trabajadores no contribuyen a sistemas de seguridad social.
Dentro de la lógica de la economía de mercado, en la medida en que los ciudadanos trabajan más, de un lado siguen financiando el sistema de salud; y de otro lado, usan la pensión durante menos tiempo, lo cual ayuda al equilibrio de los sistemas de seguridad social.
La política ideal
¨La política ideal sería tener una cobertura que garantice un beneficio mínimo para ayudar con las necesidades básicas y un sistema de empleo capaz de seguir ofreciendo oportunidades laborales dignas para los que ahora se jubilan¨, opina Gragnolati.
Según el experto, un escenario razonable sería una estructura horaria decreciente, es decir, una salida gradual del mercado laboral, reducir paulatinamente el número de horas de trabajo.
La lógica es simple: los adultos mayores contribuirían más y consumirían menos pensiones. En la actualidad, los trabajadores en activo contribuyen a financiar las pensiones de los jubilados, pero alargando la vida laboral se lograría que parte de sus contribuciones estuvieran destinadas a su propia pensión.
Una oportunidad
Para el 2050, la población mayor de 65 años se triplicará. Este cambio demográfico tendrá un impacto en la productividad de los países y, paralelamente, será más difícil satisfacer la creciente demanda de servicios públicos como los de salud o jubilación, especialmente en sociedades de ingreso bajo y medio como las latinoamericanas.
La buena noticia es que actualmente el 65% de la población latinoamericana está en edad de trabajar, hecho que supone una ventaja demográfica al ofrecer las herramientas para un aumento de la productividad. Este porcentaje, afirman los expertos, seguirá subiendo en los próximos años.
Esta situación de supuesta alta productividad ofrece a los países de la región una oportunidad inmejorable para ahorrar, invertir en capital humano y físico y garantizar la acumulación de capital.
Pero la realidad dice otra cosa
Estos esfuerzos, opinan los expertos, serán vitales para que en el futuro, cuando disminuya la proporción de personas en edad de trabajar y aumente el porcentaje de adultos mayores, se puedan brindar servicios públicos de calidad.
Pero lo que los expertos no toman en cuenta, es la precaria situación del mercado laboral, hay menos empleos, hay recortes en los presupuestos estatales, cada vez hay más despidos, y en algunos países no contratan a personas mayores de 40 años, consideradas improductivas.
Swisslatin / Alberto Dufey (17.02.2015)