La escasez de agua amenaza la seguridad alimentaria en varios países del mundo
La FAO aboga por mejores políticas y más inversiones, además de la adaptación de la agricultura al cambio climático.
El consumo excesivo, la degradación de los recursos y el impacto del cambio climático reducirá el suministro de agua en muchas regiones, especialmente los países en desarrollo, según advierten la FAO y el Consejo Mundial del Agua (CMA).
El informe «Hacia un futuro con seguridad hídrica y alimentaria» pide políticas gubernamentales e inversiones de los sectores público y privado para asegurar que la producción agrícola, ganadera y pesquera se realice de forma sostenible y contemple a la vez la salvaguarda de los recursos hídricos.
Garantizar la seguridad alimentaria
Estas actuaciones son esenciales para reducir la pobreza, aumentar los ingresos y garantizar la seguridad alimentaria de muchas personas que viven en las zonas rurales y urbanas, según destaca el estudio.
En 2050 se necesitará un 60 por ciento más de alimentos -hasta el 100 por cien en los países en desarrollo- para alimentar al planeta, mientras que la agricultura seguirá siendo el mayor consumidor de agua a nivel mundial, lo que representa en muchos países cerca de dos tercios -o más- de los suministros procedentes de ríos, lagos y acuíferos.
Incluso con el aumento de la urbanización, en 2050 gran parte de la población mundial -y la mayoría de los pobres- seguirán ganándose la vida con la agricultura. Sin embargo, el sector verá como el volumen de agua disponible se reduce debido a la competencia de las ciudades y la industria, indica el documento de la FAO y el CMA.
El rol de los agricultores
Por ello, a través de la tecnología y las prácticas de gestión, los agricultores -especialmente los pequeños campesinos-, tendrán que encontrar maneras de aumentar su producción con una limitada disponibilidad de tierra y agua.
En la actualidad, la escasez de agua afecta a más del 40 por ciento de la población mundial, una proporción que alcanzará los dos tercios para 2050.
Esto se debe en gran parte a un consumo excesivo de agua para la producción alimentaria y agrícola. Por ejemplo, en grandes zonas de Asia meridional y oriental, en el Próximo Oriente, África del Norte y América del Norte y Central, se utiliza más agua subterránea de la que puede reponerse de forma natural.
En algunas regiones la agricultura intensiva, el desarrollo industrial y el crecimiento en las ciudades son responsables de la contaminación de las fuentes del agua, añade el informe.
Derecho de agua más justo
Las mejoras destinadas a ayudar a los agricultores a aumentar la producción de alimentos utilizando recursos hídricos cada vez más limitados –incluyendo el campo de la fitogenética y la zoogenética- son muy necesarias. También será fundamental empoderar a los agricultores para que gestionen mejor los riesgos asociados a la escasez de agua, según la FAO y el CMA.
Para hacer frente a la degradación y el desperdicio, las instituciones que gestionan el agua deben ser más transparentes en sus mecanismos de asignación y fijación de precios, señalan las dos organizaciones. Básicamente, hay que otorgar derechos sobre el agua de forma justa e inclusiva.
En particular, el documento destaca la necesidad de garantizar la seguridad de la tenencia de la tierra y el agua y el acceso al crédito de forma que se potencie el papel de las mujeres, que en África y Asia son responsables de gran parte de la actividad agrícola.
Swisslatin (17.04.2015)