Día Internacional de los Derechos Humanos: los gobiernos deben escuchar a sus pueblos

Navi Pillay aboga por la inclusión y el derecho a participar en la vida pública.
Con ocasión de celebrarse este lunes el “Día Internacional de los Derechos Humanos”, la Alta Comisionada de la ONU para esta causa aboga por que los gobiernos escuchen las demandas de los pueblos a decidir por ellos mismos sus destinos.
Navi Pillay, se refiere en su mensaje a los millones de personas que se han lanzado a la calle en los últimos años en países de todo el mundo, alentadas por hechos ocurridos en otras partes, algunas para exigir derechos civiles y políticos y otras para exigir derechos económicos, sociales y culturales.
“Esa marea popular no sólo significa que la gente esté exigiendo libertad de expresión o la libertad de decir lo que piensan o dejar claro lo que quieren. Piden mucho más que eso”, dice.
Derecho a participar
“Piden que se ponga fin a una situación en la que los gobiernos sencillamente deciden lo que más conviene a la población sin siquiera consultarla. Reclaman su derecho a participar plenamente en las decisiones y políticas internacionales, nacionales y locales que afectan su vida cotidiana”, subraya.
“Muchas personas en muchos países vienen expresando claramente que están hartas de que sus dirigentes las traten con desprecio y hagan caso omiso de sus necesidades, ambiciones, temores y deseos”, agrega Navi Pillay.
Piden, de hecho, lo que por espacio de más de 60 años les ha pertenecido por derecho propio en virtud del derecho internacional. Reclaman los derechos humanos enunciados en la Declaración Universal de Derechos Humanos –cuyo aniversario se conmemora cada año el 10 de diciembre- y desarrollados posteriormente en otros tratados internacionales jurídicamente vinculantes.
La Alta Comisionada se refiere en particular al Pacto Internacional de Derechos Civiles y Políticos que estipula que “todo ciudadano tendrá el derecho y la oportunidad de participar en la gestión de los asuntos públicos, directamente o a través de representantes libremente escogidos. Toda persona tendrá el derecho a votar y a ser elegida, y a tener acceso a las funciones públicas, así como a la libertad de expresión, reunión y asociación.
Ratificado por 167 Estados, pero no se aplican
“Se supone que esos derechos se aplican a todos. Nadie debería ser excluido del ejercicio de ninguno de ellos por ser mujer, pertenecer a una minoría o profesar una religión determinada; ni por ser gay, tener una discapacidad o afiliación política particular; ni por ser migrante o pertenecer a una raza o un grupo étnico en particular. Desafortunadamente, éste no es el caso de muchas personas.
Muchos millones de personas ni siquiera pueden soñar con metas ambiciosas, sólo sueñan con subsistir – con sobrevivir día a día.
Navi Pillay lamenta que a muchos se les impide aprovechar las oportunidades que se presenten mediante leyes o prácticas discriminatorias, o por razones ajenas a su voluntad, como a los apátridas, ciudadanos de ningún lugar, y por lo tanto no sólo están privados de voz, sino también de una existencia oficial.
Dirigentes aferrados al poder
Tal vez esto suceda, agrega- simplemente porque sus dirigentes están tan empeñados en aferrarse al poder y a sus riquezas que sencillamente no les importa lo que les ocurre a aquéllos cuyas vidas gobiernan. Concederán justo lo necesario para mantenerlos callados y poner fin a sus protestas. Y si no cejan y alzan su voz, los encerrarán, los torturarán o hallarán otras formas de distraerlos, de silenciarlos o de hacerlos desaparecer.
En el día de hoy, saludo a todos los que tanto han sufrido luchando por lo que les pertenece por derecho propio, y a todas las personas en otros países que a su manera –ya sea en Santiago o el Cairo, en Atenas o Moscú, en Nueva York o Nueva Delhi- también afirman que tenemos una voz, que tenemos nuestros derechos y que queremos participar en la gestión de nuestras sociedades y economías. “Porque así es como debería ser”, concluye Navi Pillay.
Swisslatin (10.12.2012)