Cuando la observación de la Tierra por satélites no se usa con fines de espionaje
Cientos de aparatos de comunicación espacial se convierten cada vez más en aliados del desarrollo de Latinoamérica.
La tecnología satelital, que nos permite recibir señales desde el espacio, avanza a grandes pasos desde el lanzamiento del primer satélite, el Sputnik, hace apenas unas décadas. Su misión inicial fue el espionaje militar desde lo alto, pero ahora los satélites se están convirtiendo en aliados del desarrollo.
Además de mostrar la posición militar del enemigos, los satélites proporcionan fotografías del planeta o de un cometa, y sugieren la mejor ruta para ir de un lugar a otro, como lo es el uso masivo de los GPS.
Información para el desarrollo
La Agencia Espacial Europea, por ejemplo, está proporcionando datos, imágenes e información a organizaciones internacionales de desarrollo, que éstas usan, a su vez, para diseñar y llevar a cabo proyectos en América Latina y otras regiones.
En América Latina, la información que llega desde los satélites se ha usado para prevenir desastres, medir la contaminación del agua o monitorear el nivel del mar. Todo con el fin de ayudar a mejorar el entorno de los seres humanos, y ayudar a los países a mejorar sus planes de desarrollo.
Varios ejemplos
En lo que el Banco Mundial llama “algunos ejemplos de una nueva odisea del espacio”, para referirse al combate contra la pobreza, se destaca la observación del Lago Titicaca, en Perú y Bolivia, hoy en peligro.
A más de 3,500 metros de altura, en la frontera entre Perú y Bolivia, se extiende la cuenca del sistema del Lago Titicaca, alrededor de la cual viven unos 3 millones habitantes, según el Fondo de Naciones Unidas para el Medio Ambiente, PNUMA.
Este paisaje está amenazado por la contaminación generada por pesticidas de actividades agrícolas, basura de los centros urbanos o desechos de la minería. Para manejar y regular estas diversas fuentes de contaminación, se necesitan datos.
Pérdida del nivel de agua
Gracias a imágenes satelitales, se pudo observar por primera vez los cambios de uso de suelo y la pérdida del nivel de agua del Lago Titicaca, con efectos devastadores para la biodiversidad local.
Con unos sensores avanzados, también se pudo medir la calidad del agua, es decir la presencia de materia suspendida, de clorofila o de fitoplancton. Y aún más importante, se pudo ver dónde se concentraba la contaminación.
Los corales en Centroamérica
Frente a las costas de Belice, Honduras, Guatemala y México se extiende el sistema del arrecife Mesoamericano, el segundo del mundo en longitud. Desde la atmósfera, los satélites han podido monitorear el estado de los corales y algunos factores de riesgo, como la temperatura del agua o el patrón de las olas.
También fue posible detectar dónde había temperaturas más elevadas, algo que puede resultar muy perjudicial para la salud de los arrecifes. Las altas temperaturas pueden causar la decoloración de los corales y afectar a la flora y la fauna que vive en ellos.
El deterioro de los arrecifes significa, además, menos ingresos para quienes viven de actividades relacionadas con la buena salud de los corales, como la pesca artesanal o el turismo.
Inundaciones y deslizamientos en Río de Janeiro
En Río de Janeiro, Brasil, se pudo observar que la inundación se propaga más rápidamente en un área urbana muy densa, y que introducir vegetación río abajo en las cuencas puede retrasar la inundación por dos horas. En un área completamente cubierta de vegetación, el retraso es de hasta seis horas.
“Este tipo de información es crucial en la formulación de estrategias de prevención de desastres y permite a las autoridades tomar decisiones informadas sobre dónde construir áreas verdes y recreacionales, y dónde están los bienes más vulnerables”, destaca el estudio Observación de la Tierra para un desarrollo sustentable.
También se hizo un mapa detallado de los asentamientos de Río de Janeiro y se identificaron los lugares con mayor riesgo de deslizamientos.
Con la alianza entre el Banco Mundial y la Agencia Espacial Europea, se tiene previsto también apoyar proyectos de manejo de cuencas en México, manejo de bosques en Chile y Argentina; y evaluar las tendencias de largo plazo en urbanización en Lima, Quito y Bogotá.
Swisslatin / WB News (06.01.2015)