América Latina es une región con muchos emprendedores, pero con poca innovación
Más de la mitad de su fuerza laboral trabaja en pequeñas empresas, según reciente informe del Banco Mundial.
La crónica escasez de innovación en la región frena el crecimiento económico y la competitividad.
La región debe generar un ambiente que permita a los emprendedores emerger, competir e innovar, estas son algunas conclusiones de un reciente informe del Grupo del Banco Mundial.
El 60% de los empleados latinoamericanos trabaja para empresas con cinco o menos empleados. Muchas veces considerado como un motor del desarrollo, el espíritu emprendedor genera puestos de trabajo e impulsa el crecimiento económico. Si bien la creación de empresas en la región es elevada, las compañías que sobreviven crecen a una tasa mucho más baja que sus similares en otras regiones y compañías de ingreso medio.
Empiezan pequeñas y se quedan pequeñas
“El panorama económico en América Latina es tal que las empresas tienden a empezar pequeñas y permanecer pequeñas”, explicó De la Torre durante el evento inaugural del informe. “No hay nada malo per se en ser pequeño, pero mantenerse pequeño para siempre es un problema”. La razón detrás de este crecimiento atrofiado: la crónica falta de innovación en la región, subraya.
En los últimos diez años, América Latina se benefició enormemente de los vientos favorables de la economía global, permitiéndole reducir la pobreza extrema, mejorar la igualdad y catapultar a 50 millones de personas a la clase media. Sin embargo, a medida que estos vientos favorables se diluyen, el crecimiento tendrá que surgir de adentro, y la innovación y el dinamismo serán la clave para que la región pueda aprovechar los avances sociales de los últimos años.
Las empresas latinoamericanas introducen productos nuevos a un ritmo menor que sus contrapartes en otras regiones en desarrollo. De hecho, en Ecuador, Jamaica, México y Venezuela, la tasa de desarrollo de productos es menos de la mitad que la de Tailandia o Macedonia. Consecuentemente, esta falta de innovación daña la competitividad, frena el crecimiento y repercute en la generación de puestos de trabajo de calidad, especialmente en América Central.
Cuatro son las razones posibles
Capital humano: Los graduados universitarios en ciencia y tecnología y los ingenieros escasean en América Latina, y esta escasez tiene un impacto directo en la innovación.
Propiedad intelectual: Dado que cada país cuenta con sus propias leyes en torno al tema, garantizar los derechos de propiedad intelectual puede llegar a convertirse en una ardua tarea burocrática para los emprendedores de la región. Este panorama complicado brinda menos protección a los creadores de un producto, desalentando la tan necesaria inversión en investigación y desarrollo de nuevos productos.
La vergüenza social
Asunción de riesgos: A nadie le gusta el fracaso, pero en América Latina la profunda vergüenza social asociada al fracaso frena la innovación, desalentando la asunción de riesgos por parte de los emprendedores. Esto es evidente tanto en la reticencia individual a nivel empresario como en el bajo nivel de inversión en investigación y desarrollo, especialmente en el sector privado.
Logística: La modernización de los puertos, el transporte y el sistema aduanero podría mejorar las ventajas competitivas de los productos regionales. Actualmente, la baja calidad de los servicios públicos, enlaces de comunicación e infraestructura de transporte multiplican los obstáculos que enfrenta la región a la hora de mejorar su capacidad de producción.
Swisslatin / WB News (11.12.2013)